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Las frases “sos genial”, “sos el o la más linda del mundo”, “… pero si lo hiciste muy bien”…etc, no colaboran a elevar la autoestima. Entonces? Hay otras maneras de ayudar a nuestros y nuestras adolescentes.
Este es un camino de aprendizaje, y como todo aprendizaje, lleva tiempo. Muchas veces vamos a creer que ya lo logramos, luego nos vamos a frustrar, luego nuevamente un nuevo logro. Es decir que vas a tener que tener paciencia y confianza, si tu deseo es poder entender a tu adolescente, mejorar la comunicación, disfrutar de esta etapa de tu hijo y tuya, estás haciendo lo correcto.
El amor hacia vos mismo y hacia tu adolescente es lo que nunca debe faltar, y mucha paciencia. Es un trabajo en tribu, por lo tanto muchas veces no te vas a sentir identificada con los relatos de otras familias, pero se trata de un trabajo artesanal, de un tiempo sin tiempo, como todos los momentos de la crianza. No queremos llegar a ningún lugar, queremos recorrer esta etapa con amor y alegría.
Este período que vamos a transitar juntos no va a ser lineal. Es importante que tengas un cuaderno para escribir lo que suceda, lo que quieras guardar, preguntas, recuerdos.
Recordá que las conductas adolescentes son producto de un período de desarrollo cerebral complejo y profundo.
Las personas adolescentes no pueden controlar esos cambios, no pueden regular aún sus emociones y no pueden controlar su conducta.
Es un momento de transición hacia la vida adulta de tu hijo, no es fácil acompañarlos, pero sí es posible.
Aprovecha cada momento del día a día porque el tiempo que compartimos con las personas adolescentes de nuestra vida es escaso.
Entrena tu sentido del humor y utilízalo, hacelos reír y reíte todo lo que puedas. Ayudará a calmar el malestar emocional de toda la familia y facilitará la comunicación.
¿Miramos a nuestros adolescentes? Olvidemos la ropa tirada, los portazos, el malhumor. Pensemos en las cosas que nos gustan, las que nos caen bien de ellos. ¿Se los decimos? Entonces la próxima vez que haga o diga algo que te guste, se lo decís, sin esperar nada a cambio. Sólo un comentario, al pasar, ellos te escuchan.
Cómo reaccionan tus adolescentes con comentarios o miradas de personas ajenas a la familia? Te propongo que estés atento a su reacción, ayudalos a pensar en las emociones que les provocan.
De estos temas y muchos más vamos a hablar en los encuentros. Cada encuentro será una conversación sobre un tema, con espacio para hablar , escuchar y llevarse herramientas que faciliten la convivencia.
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