La reina de las creencias en la crianza

“Si le digo que SÍ a algo que mi hijo quiere nunca mas le voy a poder decir que no a nada”.

Y de ahí cae la sentencia: lo voy a malacostumbrar.

El todo o la nada, la sensación de que si damos un paso nos perdemos en el camino.

Nos olvidamos de que a los hijos también podemos mimarlos y complacerlos, ¿por qué no? Porque pensamos en un mañana, proyectamos en nuestra cabeza hijos inadaptados ❌.

Cuando se trata de los hijos tenemos sensaciones a veces encontradas, como si existiera un miedo subyacente, y tiene que ver con algo así como “si lo complazco con esto pierdo todo el poder”.

✨ Pero ¿qué poder tengo? ¿Desde qué lugar tengo el poder? ¿Porque es una relación vertical? ¿Ejerzo ese poder porque soy más grande, porque tengo más fuerza? ¿Qué poder?

Porque cuando nuestra pareja quiere ir a la montaña y yo al mar, yo puedo también elegir la montaña y pasarla bien, pero además sabiendo que lo veo feliz y su felicidad es la mía también.

Si mis hijos quieren salir con lluvia y mojarse 🌧, sino está helando, yo reacciono diciendo: “Se van a mojar todos! Si los dejo que salgan con lluvia van a salir desnudos siempre que caigan dos gotas”.

¡¿Por qué?! Porque pensamos que si complacemos ese deseo después van a pasar otras cosas mayores.

👉🏻 Si yo (voy como ejemplo de nuevo a la relación de pareja porque es la más habitual), cuando él quiere ir a la montaña y yo quiero ir al mar, bueno, esta vez vamos a la montaña, ¿tengo más posibilidades que me pida ir a la montaña mañana o que acepte ir a la playa? ¡No creo! Más probablemente acepte ir a la playa.

💜 Esto con los hijos es exactamente igual porque hay cuidado y amor. Con los hijos existe ese espejo en el cual su felicidad impacta en nosotros: lo importante es tener en cuenta lo que le causa felicidad a los niños, es de ellos, y muchas veces tenemos que ponernos a su altura para verlos.

💜 Mirarlos para entender donde ellos disfrutan verdaderamente ✨.

Hacemos cosas para ver feliz a la gente que nos rodea, pero a veces con nuestros hijos se nos juega el miedo a perder. Pero…

¿Qué podemos perder con su felicidad? ✨

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