Lo que necesitamos a la hora de poner límites para todas las edades es:
✨ Tener una capacidad de escucha enorme.
✨ Tener una dosis de generosidad altísima (tan alta como estar desesperada por comerme un bife de chorizo y comerme un plato de fideos). ¡Generosidad total!
✨ Tener una capacidad de reconocer mis propias necesidades y las necesidades del otro (eso se llama empatía).
✨ Poder ponernos de acuerdo entre ambos respecto de cuáles son las condiciones para esto y cómo lo vamos a respetar. ¿Cuál va a ser el acuerdo que vamos a hacer, el pacto que vamos a hacer y cómo lo vamos a respetar?
Se hacen acuerdos, se hacen pactos igual que con mi pareja, que con mis amigos, igual que con mis padres cuando soy una hija adulta, con mis jefes, con mis pacientes, mis clientes…
Perdemos mucho esa capacidad de escucha, esa capacidad empática, esa capacidad de solidaridad y de generosidad con nuestros hijos. La perdemos absolutamente.
Y necesitamos recuperarla para poder poner límites de la mejor manera.
Los invito a reflexionarlo juntos!