La muerte es un cambio radical del que se habla bajito o que directamente no se habla hasta que irrumpe.
Lo esperable sería que se incluya como parte de la vida, en un relato que puede estar ligado con la naturaleza, con los cambios de estación:
“Así como las flores nacen y mueren, los animales, los árboles pierden sus hojas; las personas también atraviesan esos cambios cuando llegan a muy viejitas y vivieron muchos años. Los cuerpos quedan en la tierra, en un lugar llamado cementerio donde los podemos ir a visitar, y el alma continua su viaje”.
Y de aquí en más todas las variantes de acuerdo a las creencias de cada uno. Pero más allá de eso, la muerte merece presencia y palabras que la nombren.
Ocurre sin embargo, que hay muertes inesperadas que superan el relato del principio y fin de la vida de manera natural, y es cuando suceden accidentes o enfermedades graves. En esos casos lo mismo: al niño se le cuenta (adaptándolo a la edad de cada uno), para nombrar lo que ocurrió y acompañarlo en esa vivencias, sea de un familiar, un conocido, y también una mascota. Esto puede ir de la mano de algún ritual que lo ayude a poder conectarse con ese ser de manera tal que no desaparezca con su presencia. Hay libros infantiles que acompañan muy bien.
✨ Podemos armar una cajita de recuerdos a la cual recurrir donde hayan pertenencias, fotos, armar alguna ceremonia a su altura para incluir a ese ser que partió (prender velitas, cantar una canción, lo que para cada uno tenga sentido)
✨ La muerte no es un aspecto que guste, por eso se habla poco y cuesta tanto nombrar todo lo que sucede alrededor. Pero también es parte de la vida que vivimos, incluirla es abrazar la existencia en su totalidad.
✨ Los chicos tienen una sabiduría mayor al respecto que los adultos, y tiene que ver, seguramente, porque traen menos carga. Podemos aprender de ellos también, pero por sobre todas las cosas acompañarlos con la voz que nombra y relata la verdad de los acontecimientos, eso alivia y ayuda a aceptar y transitar lo que está sucediendo.
¿Tuviste experiencias de muertes cercanas durante la crianza de sus hijos? ¿Cómo las vivieron? ¡Contame!
