El proceso del embarazo es sexual,  no le podemos sacar esto… pero…como lo vivimos? ¿Cómo nos acompañamos durante un periodo de tantos cambios que impactan en nosotros y nuestro entorno?

Porque estamos embarazadas nosotras, la pareja, la familia, los amigos, es un evento que ampliado. Y sin embargo el impacto en la soledad de nuestro cuerpo es vivido por nosotras, mujeres, con una intensidad única.

Hay mujeres que van a parir y nunca se tocaron.. que no conocen su cuerpo… porque también se puede tener un parto desconectado, dejar que el otro “haga”. Sin ánimos de enjuiciar, solo de enunciar el abanico de posibilidades que existen porque cada una lo hace como puede. Más allá de la forma que tome cada una, la importancia es transitar estos cambios lo más cerca de nosotras mismas, de nuestros cuerpos vivos y creadores.

Para la pareja el impacto  también es grande. No es la misma mujer que conocieron, a la que ven durante el parto. Ver a tu pareja en modo mamífera, pariendo… que difícil entonces conectar después con el erotismo? No?

Algunos varones dicen: “me mintieron con los 40 días” 

Y está bueno empezar a romper con esto porque no hay tales 40 días y volvemos a ser la que fuimos.

La atención de la mujer está enfocada hacia el recién nacido mucho más que cuarenta días. Y necesita, en lugar de otra demanda, empatía y por consiguiente, acompañamiento. Las mujeres, durante ese período, estamos perdidas de nosotras mismas, entregadas a ese recién nacido al que estamos conociendo, necesitando de tanto apoyo y presencia que no juzga. Y en esta instancia, la experiencia que hayamos tenido en el parto también cuenta.

¿Cómo fueron los primeros meses de puerperio? ¿Cómo te sentiste con tu pareja? ¿Qué hubieras necesitado?

Y apenas nace el bebé, si bien ya no está la panza, aparecen las tetas y… ¡Hola lactancia! 

Por muchos factores, no solo los hormonales, durante la lactancia baja el deseo. Mientras damos de mamar, el apego con ese bebé,  la conexión es tan fuerte, que todo está ahí.

Las mujeres tenemos que entender esta necesidad fisiológica, para poder relajarnos en esto. Y nuevamente la importancia, para esta familia que está siendo,  la necesidad de tener un compañero que no sea una fuente más de demanda sino de apoyo y sostén. 

No es acaso eso lo que necesitamos las mujeres madres?

Una mujer amamantando está muy conectada a la sexualidad. Dar la teta no tiene tiempos, es como hacer el amor. No hay control, hay miradas, contacto, cuerpo, fluidos y es profundamente necesario poder dejarnos llevar. Y saber que hay otro afuera que cuida, para favorecer  que esto suceda.

La lactancia impacta en la sexualidad, si, pero hay que ver también como lo armamos antes. Esas tetas que participaban en el acto sexual, ahora están al servicio del hijo. Y es un crecimiento para todos entender que es natural que esto suceda.

Después de la lactancia y crianza… vuelve el deseo al 100%?

Después de tener un hijo nada vuelve a ser igual para una misma, y es esperable que esto sea asi, porque es una experiencia que nos atraviesa e inevitablemente nos modifica.

No se si volvemos al 100% porque somos otras personas.  Pero cuando ya nos recuperamos… estamos nosotras con nosotras mismas… y recuperamos el deseo desde nosotras…Podemos volver desde este lugar hacia el otro con un recorrido de experiencia y aprendizajes que seguramente podrán hacer más rico el encuentro.

Como fue retomar las relaciones sexuales después de tener tu primer hijo?

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *